Cómo vender como un famoso (sin serlo), por Pablo Ángel (vendemente)

Los clientes te compran cuando confían en ti.

Y la confianza no se mendiga, sec construye a base de repetición.

 

Y es que las reglas para vender no han cambiado.

El ser humano, en el fondo, sigue siendo el mismo que hace 200 o 300 años.

Te pongo un ejemplo: en 1885, un empresario llamado Thomas Smith ya lo dejó bien claro con su teoría de la frecuencia en Successful Advertising:

  

"La primera vez que la gente ve un anuncio, ni siquiera lo ve.

La segunda, no lo nota.

La tercera, es consciente de su existencia.

La cuarta, tiene la fugaz sensación de haberlo visto antes.

La quinta, lee el anuncio.

La sexta, le resta importancia.

La séptima, empieza a irritarse un poco.

La octava, piensa: "¡Aquí está otra vez ese maldito anuncio!".

La novena, se pregunta si se está perdiendo algo.

La décima, pregunta a sus amigos y vecinos si lo han probado.

La undécima, se pregunta cómo financia la empresa todos esos anuncios.

La duodécima, piensa que debe ser un buen producto.

La decimotercera, siente que el producto tiene valor.

La decimocuarta, recuerda haber deseado un producto exactamente igual durante mucho tiempo.

La decimoquinta vez, empiezan a anhelarlo porque no pueden permitírselo.

La decimosexta vez, aceptan que lo comprarán en el futuro.

La decimoséptima vez, anotan que comprarán el producto.

La decimoctava vez, maldicen su pobreza por no haberles permitido comprar este producto estupendo.

La decimonovena vez, cuentan su dinero con mucho cuidado.

La vigésima vez que los clientes potenciales ven el anuncio, compran lo que se ofrece."

 

No fue un truco ni un atajo ni el diseño.

No fue el algoritmo ni fue ese estúpido prompt de la IA.

 

Fue la maldita repetición.

 

Si quieres vender… repite, repite y repite.

 

 

Bien.

Ahora te voy a mostrar 10 formas diferentes de repetir esto mismo:

 

  1. Los clientes no confían en ti… hasta que se hartan de verte.
  2. La confianza no se pide. Se clava en las cabezas a base de insistencia.
  3. ¿Quieres que te compren? Que no puedan dejar de verte.
  4. Confianza no es simpatía. Es presencia repetida hasta el hartazgo.
  5. Nadie compra al primero que pasa. Pero sí al que nunca se va.
  6. Repite tu mensaje hasta que te odien… y justo después, te compren.
  7. Tus clientes no te ignoran porque no les gustes. Te ignoran porque no te ven lo suficiente.
  8. Una venta es un premio a la insistencia. No a tu inspiración.
  9. No eres su primera opción. Eres el que más aparece.
  10. La confianza se gana con una sola cosa: repetición criminal.

 

Esto es como esa taza de café que te bebes cada mañana para no mandar el día a la mierda.

Coges tu taza favorita.

Abres el bote.

Hueles ese café... y por un segundo te ves en Colombia rodeado de cafetales.

Lo viertes en el molinillo.

Encajas el portafiltro.

Le das al botón.

El café cae. Gota a gota. Directo a tu taza.

Azúcar. Remueves.

Y bebes.

Sorbo a sorbo. Sin prisas. Como si el mundo esperara a que tú despiertes.

Y un día, sin darte cuenta… ya no puedes vivir sin esa maldita taza de café.

Eso es la confianza.

Y se gana igual.

A fuego lento. A base de presencia. De repetición.

Una repetición tan bien hecha… que se vuelve adicción.

 

La idea es que la repetición aumenta la familiaridad, y la familiaridad genera confianza.

Estar siempre en la cabeza del potencial cliente.

Los americanos lo llaman top of mind, esa posición privilegiada de ser lo primero que les viene a la cabeza cuando necesitan solucionar el problema que tu resuelves.

 

Se trata de estar presente.

Día tras día, en sus cabezas.

Como ser famoso pero sin serlo.

 

Y lo contrario seguro que te suena...

Es cuando desapareces, y cuando desapareces, te olvidan.

Piensa en esa ex a la que dejaste de escribir.

Al principio, entrabas a su perfil de Instagram. Te sabías de memoria la última foto juntos, pero pasaron los días… y luego las semanas.

Y un día te diste cuenta de que ya no sabrías qué decirle. Notas que su voz empieza a borrarse de tu mente. Que su risa ya no sonaba igual en tu cabeza. Que ya no puedes ni recordar cuándo fue la última vez que follásteis...

Ya no te acuerdas ni por qué lo dejásteis.

Quizá, es porque ya hay otra persona en tu vida, en tu mente, en tu top of mind.

   

Seguramente hay una marca o una persona cuyos correos lees casi con familiaridad, como si vinieran de un conocido.

Tal vez ni abras todos, pero ahí están, aparecen cada día en tu bandeja de entrada, recordándote que existe, haciéndose familiar en tu día a día.

No llegaron ahí por casualidad una vez y luego ya está. Llegaron una y otra vez, con intención.

Esa es la diferencia entre esperar a que alguien se acuerde de ti y asegurarte de que no pueda olvidarte.

Te cuento esto porque yo también tardé en entenderlo.

Y cuando lo entendí, mi vida mejoró.

 

➱ Si eres vendedoremprendedor y tienes un negocio...

➱ o eres freelance, o autónomo, que es lo mismo... ya que el Estado te sabla igual.

➱ o eres copywriter, básicamente: alguien que escribe para vender. Una habilidad tan antigua como el comercio.

➱ o simplemente estás pensando en montártelo por tu cuenta algún día.

 

Solicita acceso ahora para recibir:

 

 1 email cada día con una idea para que te compren más y la posibilidad de obtener acceso a productos adictivos.

A más del 90% de la gente no le gusta escribir.

 

A más del 95% le da miedo vender.

 

Hasta que algunos ven el dinero que pueden ganar.

 

Acceso a email diario y a productos adictivos. Te das de baja cuando quieras