Hoy va de Megan Fox...

Y es que hay una peli que vi hace poco que me viene muy bien para dar algo de caña a esos devotos de la IA y a esos vendeprompters que pasaron de entrenar Pokemons a entrenar ChatGPTs.

Te cuento por encima la peli (no hace falta que la veas, no te pierdes nada).

Un padre se ve en apuros con dos hijos porque su mujer está en el hospital y decide comprar una Inteligencia Artificial para que le eche una mano en casa.

Una especie de robot de Tesla pero mucho mejor, ¿por qué? porque se ve que el padre es muy pillo, ya que la robot tiene el cuerpo y la cara de Megan Fox.

Y Megan Fox está muy buena..

Además este robot con cuerpazo, te cocina, te limpia la casa, se ocupa de los niños...

Lo hace todo.

Y hasta le hace compañía cuando cae la noche.

La robot, muy educada ella, muy obediente, servicial, siempre atenta y disponible, empieza a sentir una especie de tilín...

Digamos que empieza a enamorarse del padre, un tipo muy suavón que al final acaba siendo el imbécil que metió a esa robot en casa y que se encariña con ella.

 Pero con el tiempo, la cosa se tuerce para ella. Ya que la mujer vuelve del hospital.

Pero claro... el padre decide dejar a la Megan Fox en casa. Y para esta se ve que el amor no se comparte.

Así que empieza a ver como enemigos a la mujer, a los hijos y a todo lo que interfiera entre ella y su dueño.

¿Y qué hace?

Empieza a envenenar los oídos del padre.

Y luego busca la forma de matar a su familia de forma sutil.

Un enchufe mal puesto. Una pastilla cambiada...

Ya sabes cómo empiezan estas cosas...

Lo que arranca como ayuda, acaba como sustituto. Y lo que empieza como comodidad acaba cobrándose caro.

Y esto aunque parezca ciencia ficción ya está pasando.

Está pasando con ChatGPT.

Miles de emprendedores, marketers y copywriters están dejando que una IA les escriba sus textos.

Además muchos te venden cursos creados con IA y GPTs entrenados. Y la gente va detrás como rebaño.

Ngeocios digitales escribiendo webs, emails, cartas de ventas, anuncios, artículos...

Todo. Con IA.

Al principio es una maravilla.

Oh... Dios mío, si le cambio esto y lo otro nadie se dará cuenta que lo hizo la IA.

Además no te discute...

Te endulza los odios...

Te dice lo que quieres escuchar...

Parece que sabe de todo...

No se cansa...

Siempre responde...

Siempre está ahí para lo que necesites...

Es rápida...

Y obedece...

Pero poco a poco y sin que lo notes...

La IA se vuelve tu pareja creativa...

Tu copy de confianza...

Tu redactora oficial...

Tu asistente...

Tu pensadora...

Tu estratega...

Tu confidente...

TU PAJA MENTAL...

Y con el tiempo, te pasa igual que al padre de la película.

Pierdes el vínculo con lo real...

Dejas de pensar en tu cliente...

Dejas de escuchar cómo habla...

Dejas de escribir como lo haría un humano porque ya no te pones a escribir como un humano...

Y lo peor de todo no es eso. Es que empiezas a creerte que eso que te vomita la máquina es bueno.

Cuando en realidad, lo que tienes delante es un texto masturbatorio.

Masturbación textual con sintaxis. Algo que suena bien pero no toca el pecho de nadie.

Créeme ningún prompt vendrá a salvarte.

ChatGPT es un potenciador de imbéciles. Una máquina reproductora de mediocridad.

En el mundo de las ventas, en el mundo de los negocios y en el mundo de la publicidad se escribe con pasión, con obsesión, con empatía, con cicatrices, con sangre y con calle.

Y claro, escribir bien para vender requiere esfuerzo, como el buen sexo.

Nadie te regala nada en este mundo.

No es lo mismo menearsela solo frente a una pantalla que follar con alguien.

No es lo mismo ver porno y hacerte una paja que besar con pasión, comer el coño, que te la chupen, entregarse, sudar y hacerlo sin parar durante un largo tiempo hasta llegar ambos al orgasmo...

Cuando escribas para vender no pases una mano por encima. Ofrece una experiencia.

Lo que yo he vivido, lo que tú has vivido y lo que tu cliente ha vivido no lo sabe ninguna IA del mundo.

Si quieres resultados reales, sal a la calle y habla con gente real.

Estudia a gente real, aprende de gente real y escribe para gente real