Demente del copywriting...

Te voy a contar una cosa muy valiosa.

Te voy a hablar de lo más importante a la hora de vender y a la hora de escribir textos de ventas.

Y cuando digo lo más importante, me refiero a lo que marca la diferencia entre sonar como un robot… o sonar como alguien a quien le comprarías sin pensarlo dos veces.

Porque de esto va la redacción publicitaria, copywriting o lo que yo llamo escribir para vender: páginas webs, páginas de venta, emails, anuncios, guiones de vídeos...

Bien.

¿Quién compra cuando hay una transacción entre dos empresas?

Una persona.

¿Quién vende cuando hay una transacción entre dos empresas?

Otra persona.

Aunque esa persona venga con el logo de una multinacional tatuado en la frente, quien está tomando decisiones es un ser humano. No un logotipo.

Y ese humano puede decirte SÍ o puede mandarte a paseo, dependiendo de cómo le hables, de cómo conectes con él…

Esto hay que dejarlo claro porque hay mucha gente que cree que, como está negociando con una empresa grande, los empleados que están al otro lado no tienen autonomía para hacer tratos.

Error.

Pueden. Y tienen presupuesto. Y pueden decidir.

Te pongo un ejemplo muy sencillo y muy visual.

Yo estuve unos 10 años en el mundo de la hostelería.

Primero fui camarero, luego encargado… y finalmente, durante 6 años, fui el propietario de mi propio bar de copas.

Recuerdo perfectamente cuando venían a visitarme los gestores comerciales de las grandes marcas de bebidas: Maxxium, Bacardí, Diageo, Pernod Ricard…

Llegaban con sus catálogos de marcas, sus acuerdos, sus fiestas, sus rappels…

Pero no solo querían venderme.

También querían comprarme.

Sí. Querían comprar espacio publicitario en mi bar.

Uno quería que en lo más alto de mis estanterías solo se viera su ginebra Seagrams, otro que si el Brugal Extraviejo... Otro que pusiera una lona gigante en la terraza. Que sus botellas estuvieran perfectamente alineadas como soldaditos de plomo en el lineal...

Cuanta más gente metía yo en el bar, más querían comprarme estos cabrones.

Y lo hacían. Porque tenían presupuestos asignados. Y si llegábamos a un acuerdo, firmábamos y se hacía la transacción:
yo les dejaba espacio en mi local y ellos me pagaban.

Esto es importante: muchas de las veces con copas de por medio, risas, fumando... 

Años más tarde, la balanza cambió.

Pasé de ser el visitado… a ser el que visitaba.

Me convertí en gestor comercial para Larios, Brugal, The Macallan...

Ahora era yo el que iba a bares, restaurantes, hoteles, chiringuitos y discotecas, vendiendo lo mismo que aquellos que antes venían a verme.

Y ahí lo entendí todo...

Da igual si estás vendiendo alcohol, software, formación o servicios digitales.

Siempre estás vendiendo a una persona.

Y si entiendes el comportamiento humano, me refiero a cómo piensan, cómo sienten y qué palabras los activan… vas por delante del 99% del resto.

Pero por desgracia el 99% de los emprendedores y las empresas no hacen esto.

Y es por eso que creé mi servicio de email copywriting para emprendedores y negocios digitales.

Para que no suenes como un teleoperador de telefonía móvil a las 3 de la tarde.

Para que no escribas como fueras el logo de una empresa.

Sino a las personas que deciden. Las que dudan. Las que compran. Las que son como tu y como yo.

Para que tus clientes escuchen las historias de tus productos, se entretengan, se diviertan, aprendan por el camino y al mismo tiempo, te compren.

Por lo tanto, tu te encargas de tener un buen producto, diseñar una buena oferta y tener una lista emails hambrientos...

Y yo me encargo del resto texto...

Servicios de email copywriting para emprendedores y negocios digitales