Un sábado por la noche en mi bar de copas de Úbeda, cuando era el dueño y barman de Musicology y estaba en pleno trance poniendo copas como un demente…

Atendía a un grupo de clientes en la barra y estaba preparando las copas.

De repente, un tipo que no conocía de nada aparece entre la gente. Con pinta de llevar prisa, sudando y con cara de urgencia. Se acerca a la barra y empieza a gritarme.

Ni siquiera le miro. Estoy atendiendo a otros clientes.

El tipo insiste.

¡Eh, aquí! 

Yo sigo a lo mío.

¡Es importante!

Espera tu turno... le suelto sin apartar la vista de las copas.

El tipo no se mueve.

Pero es urgente, ¡tío!

Y yo te he dicho que esperes tu turno. Insisto, con ese tono de barman que está hasta arriba y que deja claro que no hay discusión.

Entonces el tipo me suelta:

¡El baño de hombres se está inundando, hay agua saliendo por la puerta y el pasillo se está llenando!

Como es lógico, la cosa cambió.

Esto captó mi atención y mi interés.

De ser un pesado molesto que interrumpía mi trabajo, pasó a ser la persona más importante del bar.

Solté todo, me disculpé a los clientes y le dije a otro camarero que los atendiera, me salí rápido de la barra y corrí a ver el desastre.

Gracias a él, evitamos que el agua llegara a la zona donde estaba el resto de la gente y llegara a mayores.

Esto mismo ocurre tus emails o anuncios publicitarios.

Cuando llega a los ojos de tu potencial cliente, eres como un desconocido interrumpiendo mientras él está ocupado con otra cosa.

Su reacción natural será ignorarte.

Si no empiezas con algo urgente, curioso, valioso o relevante, te van a ignorar igual que yo ignoré a ese tipo de mi barbal principio. Pues mi cabeza estaba en otra cosa.

Ese: ¡El baño de hombres se está inundando, hay agua saliendo por la puerta y el pasillo se está llenando! fue un gran titular que captó de lleño mi atención.

Si necesitas aprender cómo captar la atención de la gente (el oro del siglo XXI), es aquí abajo...